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Una mandíbula con unos pocos dientes encontrada en Etiopía ha bastado para retrasar la aparición de los primeros humanos del género Homo
a hace 2,8 millones de años. Y es que este fósil adelanta a los más
antiguos conocidos de nuestro linaje en más de 400.000 años. El
descubrimiento ha sido publicado hoy en la revista Science, aunque la pieza fue hallada en 2013 en el área de investigación de Ledi-Geraru en la región de Afar (Etiopía).
“Esta mandíbula es el fósil más antiguo perteneciente a nuestro género”, asegura a Teknautas el investigador de la Universidad de Nevada y coautor del estudio, Brian Villmoare. “Esto implica que los Homo aparecieron hace casi 3 millones de años, en fechas similares a las últimas especies de Australopithecus,
y además sitúa su origen en el este de África”, añade. Por este motivo,
aunque la nueva especie todavía esté sin catalogar (de momento la
mandíbula ha sido bautizada con el nombre poco romántico de LD 350-1),
el descubrimiento estrecha el hueco existente entre los últimos Australopithecus y los primeros Homo.
El
paleontólogo del yacimiento de Atapuerca Ignacio Martínez-Mendizábal,
que no tiene relación con el descubrimiento, valora el hallazgo como
“muy importante” por varios motivos. En primer lugar, devuelve a Lucy
(nombre coloquial del ejemplar de Australopithecus afarensis más famoso) su candidatura como antepasado directo de Homo. Además, explica la aparición de herramientas hace 2,5 millones de años, que hasta ahora se atribuían a A. ghari. Por último, confirma la hipótesis de que los primeros Homo aparecieron en el este de África.
Para Martínez-Mendizábal, Australopithecus ghari es uno de los principales perjudicados
por la mandíbula de Ledi-Geraru, ya que hasta ahora se le consideraba
el fabricante más probable de estas primeras herramientas, así como el
antecesor de Homo más plausible. En otras palabras, este nuevo fósil le devuelve la gloria a A. afarensis, y coloca a Lucy y los Homo en el mismo lugar y casi en el mismo tiempo.
“Gran parte de la anatomía de la mandíbula recuerda a los Homo,
pero la zona frontal es similar en forma y tamaño a la de Lucy”, aclara
Villmoare. En otras palabras, el espécimen estaría a mitad camino entre
ambos géneros.
LD 350-1 consiste en la parte izquierda de una
mandíbula inferior con cinco dientes. Sus muelas pequeñas, premolares
simétricos y la mandíbula proporcionada de este fósil son
característicos de las primeras especies humanas, como el Homo habilis que vivió hace 2 millones de años.
El descubrimiento estrecha el hueco existente entre los últimos 'Australopithecus' y los primeros 'Homo'
Por el contrario, la barbilla inclinada es más propia de primates homínidos como los Australopithecus. Por este motivo, el hallazgo estrecha considerablemente el hueco entre los primeros Homo y los primates homínidos como Australopithecus afarensis (conocida por sus amigos como Lucy).
Hasta
ahora existían pocos fósiles bien conservados de los primeros humanos,
por lo que no estaba claro cuándo surgió el linaje que dio lugar a los
humanos modernos, y por ende a nosotros mismos. Este descubrimiento
retrasa la aparición de los primeros Homo hasta los 2,75 o
incluso 2,8 millones de años, cuando los restos más viejos conocidos
hasta hoy tenían unos 2,3 millones de años de antigüedad.
Datar la
antigüedad de un fósil tan viejo a partir de la misma pieza es
imposible. Para lograrlo, los geólogos determinan la edad de las capas
de roca en las que el hallazgo estaba incrustado. Así, el equipo dató la
ceniza volcánica utilizando dos isótopos del argón (Ar40 y Ar39) para
así averiguar cuándo tuvo lugar la erupción volcánica que forjó la
muestra.
¿Nacidos de un cambio climático?
La
mandíbula no ha sido el único fósil encontrado en Ledi-Geraru, sino que
también le acompañan restos de antílope, animales pastadores, elefantes
prehistóricos, hipopótamos y peces. Una fauna que sugiere que esta zona
de Etiopía estaba formada por praderas, matorrales y bosques, con un
paisaje similar a las llanuras del Serengueti actuales.
Algunos investigadores sugieren que se produjo un cambio en el clima
hace 2,8 millones de años que aumentó la aridez de esta zonas e impulsó
numerosos cambios evolutivos, entre los que se podría encontrar la
aparición del primer Homo. “Nuestros datos coinciden con esta
hipótesis, pero no todos los fósiles dicen lo mismo”, asegura el
investigador de la Universidad del Estado de Pennsylvania Erin DiMaggio,
y coautor del estudio, que defiende la necesidad de continuar
trabajando al respecto.
En 1964 Louis Leakey anunció el descubrimiento del Homo habilis
(manitas, para los amigos), probablemente el primer humano conocido.
Ahora, un grupo de investigadores del Instituto Max Planck (Alemania) ha
llevado a cabo una nueva reconstrucción de su mandíbula, de 1,8
millones de años. Según el trabajo, publicado hoy en la revista Nature,
la mandíbula de este homínido era mucho más primitiva de lo que se
pensaba, lo que apoya el descubrimiento de Etiopía. Dos nuevos
descubrimientos que aumentan nuestra comprensión sobre el origen y la
evolución de los antepasados más recientes del Homo sapiens.