Hacia el año 1856, aproximadamente, en la misma época de Darwin, Gregor Mendel (1822-1884) un monje austriaco, iniciaba una serie de experimentos que llevaría a una nueva comprensión del mecanismo de la herencia.
La gran contribución de Mendel fue demostrar que las características heredadas son llevadas en unidades discretas que se reparten por separado en cada generación. Para sus estudios escogió la arveja o guisante común (Pisum sativum). Trabajó experimentalmente durante 7 años. En el año 1865, comunicó sus experimentos en una reunión de la Sociedad de Historia Natural de Brünn, en donde los asistentes aparentemente no entendían lo que Mendel les estaba hablando. Al año siguiente su trabajo fue publicado en las Actas de la Sociedad (revista que circulaba por las bibliotecas de toda Europa). A pesar de ello, su trabajo fue ignorado durante 35 años y no recibió reconocimiento científico hasta después de su muerte.