Recientemente se publicó el artículo científico de la descripción de una
nueva especie de homínino. Los medios de comunicación casi explotan
luego del hallazgo y en este blog les presento la información más
importante al respecto de esta nueva especie, vuelven los F.A.Q.
(preguntas frecuentes y sus respuestas).
Entrada de la Cueva Estrella Ascendiente, Sudáfrica. Foto de la National Geographic Society.
1. ¿Cómo se llama la nueva especie y por qué lleva ese nombre?
R= Se llama Homo naledi (se pronuncia "o-mo" "na-le-di"). El género viene del latín y significa "hombre"; el nombre de la especie viene del idioma sesotho y significa "estrella", pero hace referencia a la cámara Dinaledi, de la Cueva Estrella Ascendiente, lugar donde se encontraron sus fósiles.
Reconstrucción del aspecto de Homo naledi en vida. Imagen propiedad de la National Geographic Society.
2. ¿Dónde se descubrió?
R= Los restos de H. naledi se encontraron en el fondo de
la cámara Dinaledi ("la cámara de las estrellas"), que corresponde a una
sección de la Cueva Estrella Ascendiente (Rising Star Cave), ubicada en
el Valle del río Bloubank, en el sitio patrimonio de la humanidad
conocido como "Cuna de la Humanidad", que se encuentra en la
provincia Gauteng de Sudáfrica.
Ubicación de la cueva de donde proceden los restos de H. naledi. Imagen base original de The New York Times. Si gustan pueden colocar estas coordenadas en google maps {26°1'13'' S 27°42'43'' E} para ver la zona con fotos de satélite y street view desde la carretera.
3. ¿Qué restos fósiles se descubrieron?
R= ¡Montones! A diferencia de otras especies humanas que no
corrieron con suerte y sólo están representadas por un puñado de restos,
H. naledi cuenta con ¡1,550 especímenes! Y si se preguntan de
qué partes del cuerpo existen fósiles... Bueno, prácticamente de todo el
esqueleto. Estos restos representan aproximadamente 15 individuos
diferentes entre los que habían mujeres y hombre de distintas edades.
Restos fósiles de H. naledi. Fotografía de Berger et al. (2015). Imagen en HD aquí.
4. ¿Quién lo descubrió?
R= Fue descubierto en 2013 por un equipo liderado por el
paleoantropólogo Lee Rogers Berger del Instituto de Estudios Evolutivos y
Centro de Excelencia en Paleociencias de la Universidad de
Witwatersrand, Johannesburg, Sudáfrica y de la Escuela de Geociencias de
la misma universidad.
El Dr. Berger sosteniendo el cráneo reconstruido de H. naledi. Crédito de la fotografía: University of Witwatersrand.
Pero el Dr. Berger no excavó todos los restos, esa hazaña se la debemos a
un equipo de seis mujeres valientes que se deslizaron por la estrecha
entrada de la cueva y pudieron recuperar los restos fósiles.
Las seis heroínas que excavaron los restos de H. naledi. Estas
mujeres fueron seleccionadas por sus aptitudes, preparación y su
tamaño, pues no cualquiera puede entrar en la cueva de la cámara de las
estrellas. De izquierda a derecha: Becca Peixotto, Alia Gurtov, Elen Feuerriegel, Marina Elliott, K. Lindsay (Eaves) Hunter y Hannah Morris. Crédito de la fotografía: University of Witwatersrand.
5. ¿Cómo lucía?
R= El hombre de la cueva de las estrellas tenía una morfología (y
consecuentemente una apariencia) peculiar, pues por una parte mostraba
partes del esqueleto muy similares a nosotros, los humanos modernos y
por otra parte, tenía regiones esqueléticas bastante primitivas. Vayamos
por partes... Eran unos humanos menudos, pesaban entre 39.7 y 55.8 Kg y
medían entre 1.44 y 1.47 m de altura.
Su capacidad cerebral era de un volumen similar al de los primeros miembros del género Homo (unos 465 cm3). La caja torácica, hombros y pelvis eran más similares a las de los australopitecinos que a las de los miembros del género Homo. Un dato destacable de la cadera es que aunque tenía una forma primitiva, poseía grandes zonas de inserción para el músculo gluteus maximus (lo que hacía de H. naledi un pequeño nalgón corredor). Las manos de H. naledi son sorprendentemente avanzadas, pues se asemejan mucho a las manos de los humanos modernos, salvo por el detalle de ser más ganchudas. Sus piernas eran relativamente largas y sus pies bastante similares a los de los humanos modernos.
Reconstrucción de H. naledi del artista John Gurche. Modificada de National Geographic Society.
Su capacidad cerebral era de un volumen similar al de los primeros miembros del género Homo (unos 465 cm3). La caja torácica, hombros y pelvis eran más similares a las de los australopitecinos que a las de los miembros del género Homo. Un dato destacable de la cadera es que aunque tenía una forma primitiva, poseía grandes zonas de inserción para el músculo gluteus maximus (lo que hacía de H. naledi un pequeño nalgón corredor). Las manos de H. naledi son sorprendentemente avanzadas, pues se asemejan mucho a las manos de los humanos modernos, salvo por el detalle de ser más ganchudas. Sus piernas eran relativamente largas y sus pies bastante similares a los de los humanos modernos.
Infografía de Homo naledi con las características esqueléticas
más importantes. Esqueleto de Stefan Fichtel, composición de National
Geographic Society, crédito original de Lee Berger y Peter Schmid.
Imagen en HD aquí.
6. ¿Es cierto que H. naledi enterraba a sus muertos?
R= No. A pesar de que los medios han querido explotar esta idea, en realidad se basa en conjeturas y no en el estudio formal de los fósiles. En la descripción original de H. naledi no se dice algo sobre si los restos llegaron al fondo de la cueva por accidente o si fueron sepultados intencionalmente. Para saber cómo llegaron los restos de H. naledi a ese lugar tan profundo tenemos que revisar un segundo artículo publicado por el equipo que describió a H. naledi.
En este estudio (dirigido por el Dr. Paul HGM Dirks) podemos leer que los restos están acomodados de tal forma que no es probable el entierro intencional. En su lugar, los paleoantropólogos y tafónomos señalan que es más probable un enterramiento que involucró corrientes de agua bastante dinámicas y que además, no sucedió todo en un único momento, por lo que no tenemos representado un entierro, sino el acarreo de cadáveres al fondo de una cueva durante un lapso considerable (¿cuánto? no se sabe, pero estudios tafonómicos sugieren que el lapso puede ser tan grande como de 10,000 años).
Quizá la gente se confundió al ver la palabra "burial" ("entierro"), pensando que se refiere a un sepulcro intencional, pero no, entierro es la palabra técnica para describir cómo un fósil llega a quedar cubierto por sedimentos. Por otra parte, el Dr. Berger asegura que "pareciera que no hay otra opción para el porqué los huesos están ahí" pero no es así. En realidad hay varias opciones y la más plausible es que los H. naledi murieran en las cuevas ya sea por vivir ahí o por refugiarse ahí. Después, el agua se haría cargo de sus cadáveres tal y como muestra la tafonomía. Es muy arriesgado andarse inventando cosas sin evidencias, pues los medios abrazan con gusto cualquier declaración amarillista sin consideración racional alguna.
7. ¿Existe evidencia de elementos culturales como herramientas de piedra, arte o canibalismo?
R= No. El yacimiento de Dinaledi no cuenta con evidencias de elaboración alguna de elementos culturales y los huesos de H. naledi no presentan evidencias de canibalismo. Aunque los autores de su descripción hipotetizan que sus complejas manos le pudieron haber ayudado a crear herramientas de piedra, pero no deja de ser sólo una idea posible, no hay evidencia de ello.
R= No. A pesar de que los medios han querido explotar esta idea, en realidad se basa en conjeturas y no en el estudio formal de los fósiles. En la descripción original de H. naledi no se dice algo sobre si los restos llegaron al fondo de la cueva por accidente o si fueron sepultados intencionalmente. Para saber cómo llegaron los restos de H. naledi a ese lugar tan profundo tenemos que revisar un segundo artículo publicado por el equipo que describió a H. naledi.
Representación visual de la idea acerca de que H. naledi se deshacía de sus muertos en una forma bastante avanzada.
En este estudio (dirigido por el Dr. Paul HGM Dirks) podemos leer que los restos están acomodados de tal forma que no es probable el entierro intencional. En su lugar, los paleoantropólogos y tafónomos señalan que es más probable un enterramiento que involucró corrientes de agua bastante dinámicas y que además, no sucedió todo en un único momento, por lo que no tenemos representado un entierro, sino el acarreo de cadáveres al fondo de una cueva durante un lapso considerable (¿cuánto? no se sabe, pero estudios tafonómicos sugieren que el lapso puede ser tan grande como de 10,000 años).
Caricatura de cómo es el interior de la cámara Dinaledi. Como pueden
ver, no hay cadáveres alineados, sepultados o siquiera algo que sugiera
un fenómeno distinto de la acumulación gradual. Original de Dirks et al. (2015), traducida por mi.
Quizá la gente se confundió al ver la palabra "burial" ("entierro"), pensando que se refiere a un sepulcro intencional, pero no, entierro es la palabra técnica para describir cómo un fósil llega a quedar cubierto por sedimentos. Por otra parte, el Dr. Berger asegura que "pareciera que no hay otra opción para el porqué los huesos están ahí" pero no es así. En realidad hay varias opciones y la más plausible es que los H. naledi murieran en las cuevas ya sea por vivir ahí o por refugiarse ahí. Después, el agua se haría cargo de sus cadáveres tal y como muestra la tafonomía. Es muy arriesgado andarse inventando cosas sin evidencias, pues los medios abrazan con gusto cualquier declaración amarillista sin consideración racional alguna.
Para enterrar muertos se requiere de un pensamiento simbólico sin
paralelo en la tierra y con esa capacidad craneana, es poco probable que
H. naledi haya desarrollado tal comportamiento. Crédito de la fotografía: University of Witwatersrand.
7. ¿Existe evidencia de elementos culturales como herramientas de piedra, arte o canibalismo?
R= No. El yacimiento de Dinaledi no cuenta con evidencias de elaboración alguna de elementos culturales y los huesos de H. naledi no presentan evidencias de canibalismo. Aunque los autores de su descripción hipotetizan que sus complejas manos le pudieron haber ayudado a crear herramientas de piedra, pero no deja de ser sólo una idea posible, no hay evidencia de ello.
Si bien, las manos de H. naledi son avanzadas con respecto a
otros homíninos, no son tan avanzadas como las nuestras. ¿Pudo construir
herramientas? Puede ser, puede ser. Foto de Justine Alford.
8. ¿Cómo encaja H. naledi en el árbol evolutivo humano?
R= No lo sabemos. A pesar de la gran cobertura mediática y del gran anuncio de su descubrimiento, no tenemos información al respecto del lugar de H. naledi en nuestras hipótesis de relaciones de parentesco. Y es que, para nuestro infortunio, los autores de su descripción no efectuaron análisis filogenético alguno. Esta ha sido una de las cosas más criticadas por los científicos. Y es que no podemos dejar de destacar la TREMENDA importancia que tiene un estudio de sistemática filogenética en estos casos, pero al parecer es la norma en paleoantropología obviar este tipo de estudios. Espero que con el gran criticismo que se ha levantado por no haber hecho un estudio de este tipo, los autores del trabajo se pongan manos a la obra y hagan uno pues sin él, no podemos saber qué tan primitivo o avanzado era Homo naledi.
Por otra parte, hay una tremenda confusión en los medios de comunicación gracias a unos "expertos" que abrieron la boca antes de pensar con detenimiento en las implicaciones de sus actos. Y es que, dijeron que H. naledi era un simple H. erectus, aunque claro sin evidencia alguna y con una notoria falta de lectura del artículo de su descripción (donde se evidencian las diferencias anatómicas de H. naledi con H. erectus). Y no estoy diciendo que sea imposible que este sea el caso, puede ser. Pero no es correcto afirmarlo sólo con "me parecismos" con tal de llamar la atención.
9. ¿Qué antigüedad tiene H. naledi?
R= Dejé esto casi al final debido a que es quizá lo más importante en cuanto a esta nueva especie. Desgraciadamente, no sabemos qué antigüedad tiene. Por más que queramos colocar a H. naledi "a ojo" (ver punto anterior) en el árbol familiar humano, la realidad es que no podemos saberlo y eso nos limita mucho. Existen especies humanas que nos han mostrado que con una morfología primitiva se puede vivir durante muchísimo tiempo y en un área geográfica monstruosa (e.g. Homo erectus) o bien, lucir como si hubiera vivido hace mucho tiempo y ser mucho más reciente (e.g. Homo floresiensis). Solemos decir en paleontología que si no conocemos la antigüedad de un fósil, dicho fósil es virtualmente inútil. Suena muy extremo, pero es la realidad ya que en paleontología, la cronología es la base de las interpretaciones (evolutivas, biogeográficas, morfológicas, de parentesco, ecológicas, etc.).
Posibles relaciones de parentesco de H. naledi. Esquema basado en el diagrama original de Jason Treat y el personal del NGM.
10. ¿Es cierto que H. naledi revoluciona nuestro entendimiento de la evolución humana?
R= No. Al menos, no de momento. Y es que como vieron en los dos últimos puntos, no sabemos casi nada de esta especie. Así que Homo naledi es prácticamente una estrella decorativa, al menos hasta no saber tanto su ubicación temporal así como sus relaciones de parentesco con otras especies humanas. Y no me malentiendan, el descubrimiento de esta especie es muy importante, pero nos faltan datos para realmente realzar su estatus como una especie clave para el entendimiento de nuestro origen.